Penas y alegrias del amor

Estilo: Canción
Autor : Rafaél de León
Musica: Mario Alvarez Quiroga
Editorial :

 Mira cómo se me pone     Salgo de mi casa al     Ay, qué alegría y qué
                          campo                   pena
 la piel cuando te        solo con tu             quererte como te
 recuerdo                 pensamiento,            quiero!.
 por la garganta me sube  por acariciar a solas   Mira, pase lo que pase,

 un río de sangre fresco, la tela de aquel        aunque se hunda el
                          pañuelo                 firmamento,
 de la herida que         que se te cayó un       aunque tu nombre y el
 atraviesa                domingo                 mío
 de parte a parte mi      cuando venías del       lo pisoteen por el
 cuerpo,                  Pueblo                  suelo,
 tengo clavos en las      y que no te he dicho
 manos                    nunca,                  aunque la tierra se abra
 y cuchillos en los       mi vida, que yo lo      y aún cuando lo sepa el
 dedos,                   tengo                   Pueblo

 y en la sien una corona  y lo estrujo entre mis  y ponga nuestra bandera
                          manos
 hecha de alfileres       lo mismo que un limón   de amor a los cuatro
 negros.                  nuevo                   vientos,
 Mira cómo se me pone     y miro tus iniciales    sigue queriéndome así,
 la piel cada vez que me  y las repito en         tormento de mis
 acuerdo                  silencio                tormentos.

 que soy un hombre casado para que ni el campo    Ay, qué alegría y qué
                          sepa                    pena

 y sin embargo te quiero. lo que yo te estoy      quererte como te quiero.
                          queriendo.

 Entre tu casa y mi casa  Ayer, en la plaza
                          nueva,

 hay un muro de silencio, -vida no vuelvas a
                          hacerlo-
 de hortigas y de
 chumberas,               te ví besar a mi niño,
 de cal, de arena, de     a mi niño el más
 viento,                  pequeño,
 de madreselvas oscuras   y cómo le besarías

 y de vidrios en acecho.  ay, Virgen de los
                          Remedios!
 Un muro para que nunca   que fue la primera vez
 lo pueda saltar el       que a mí me diste un
 Pueblo,                  beso.
 que está rondando la     Llegué corriendo a mi
 llave                    casa,
 que guarda nuestro       alcé a mi niño del
 secreto.                 suelo
 Y yo sé bien que me      y sin que nadie me
 quieres                  viera,

 y tú sabes que te quiero como un ladrón en
                          acecho,
 y lo sabemos los dos     en su cara de amapola
 y nadie puede saberlo.   mordió mi boca tu beso.




Enviada por Leopoldo van Cawlaert , Salta